El autor a través de sus acuarelas renuncia al figurativismo o naturalismo, dando protagonismo a los elementos plásticos, color y formas.
El espíritu contemplativo de su obra está centrado en lo estético, liberando al arte con respecto al tema, con ello da la posibilidad de que sea valorado con absoluta autonomía.
Su libertad compositiva recuerda a una corriente gestualista o pintura de acción, aprovechando el cromatismo y la explosión de la pintura.